martes, 8 de septiembre de 2020

A PIE POR SANTIAGO. CRONICAS DE LA CIUDAD


LA QUINTA NORMAL
Fue el primer y más bello Parque Urbano de Santiago.
En sus albores se convirtió en la sede de innumerables exposiciones agrícolas, donde se exponían al público poderosos toros de raza herencia de ese difuso Chile agrario.
Nadie imaginó la transformación que tendría este mundo vigoroso, colorido y popular llamado Quinta Normal. En sus albores la Escuela Práctica de Agricultura se ponía en marcha con 30 alumnos bajo la dirección de García Reyes. Rodolfo Philippi soñaba su Jardín Botánico e invernadero y Claudio Gay su director plantaba los primeros Abetos, Pinos, Encinas y otros árboles de gran altura que fueron vistiendo su ropaje vegetal. También acogió en sus primeras tentativas al Jardín Zoológico de Santiago a partir de 1882 hasta que fue trasladado al actual Parque Metropolitano de Santiago en 1925. Quizás debió seguir allí el Zoológico y dar mejor calidad de vida y espacio al variopinto espectro de especies para la exhibición. El apogeo de este paseo santiaguino se fija por el año 1930. Lugar imperdible para el proletario paseo dominical de las familias chilenas, y sus pichangas bajo los centenarios árboles. Punto de encuentro irrenunciable para los enamorados, alma del pueblo santiaguino. La Quinta Normal que al pricipio era paseo inperdible para las clases acomodadas hoy es un ícono de la ciudad y del mundo popular. A veces venida a menos, pero imperecedera, acogedora, nuestra. Por los años setenta todavía un pequeño tren recorria la periferia vegetal del recinto, en medio del chivateo infantil. En Septiembre, los sabrosos olores de los asados y las innumerables “comisiones” volantineras familiares llenan sus prados de una increíble algarabía, vendedores de helados que recorren el parque voceando sus chupetes para la “sed y la calor”…que revela una chilenidad vigente, viva, plena de foclor, artesanía, gastronomía , fiestas religiosas y fervor popular. Hoy tu Artequin es visitada por los alumnos de distitas escuelas de la ciudad, tu Museo Nacional de Historia Natural, tu silente Museo Ferroviario testimonio mudo y rigido de un pasado esplendor. Salud y vida a la bella Quinta Normal.


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