En Coquimbo el fervor popular en Septiembre, abarca desde el 17 al 21 y hasta el 22 en algunos casos, y toda la fiesta popular se centra en La Pampilla la tradicional explanada donde se disfrutan las exquisitas empanadas de pino, humitas, asados y cazuela de vacuno y diversos platos criollos, que sumados a la chicha, el pipeño y el mote con huesillo, pueden ser degustados por los asistentes a fiesta nacional. El vigoroso fervor popular ha convertido estas fechas en la fiesta de celebración patria más grande de Chile.
A lo largo y ancho del recinto pampillero los visitantes podrán disfrutar de de los distintos puestos, los que, previa autorización sanitaria de los organismos de salud competentes, colorean y dan vida a esta maravillosa celebración.
Antiguamente esta fecha era una verdadera bacanal colectiva de alcohol, festejos, y música que preocupó a más de alguna autoridad de la época, puesto que se producían una serie de hechos luctuosos que dejaban muertos y heridos como fatídico saldo de la celebraciones. Pero por los años sesenta el día de mayor celebración era el 20 de Septiembre.
Para explicar esto, hay razones históricas y otras populares. La más reconocida señala que esto se debe al atraso con que llegó (día 20) la noticia de la independencia de Chile al puerto.
Hay otra versión dice que el tristemente célebre pirata Bartolomé Sharp, tuvo sitiado el puerto durante varios días, y que su alejamiento (el día 20 de Septiembre de 1860) provocó un verdadero júbilo popular, festejando el pueblo ese día hasta altas horas de la noche, quedando para siempre en esta fecha como efeméride de celebración.
Según los historiadores habiendo llegado los piratas a la bahía de Coquimbo, los españoles residentes de La Serena huyeron hacia Vicuña y los cerros cercanos quedando sólo el Corregidor y unos pocos valientes para tratar con el pirata, que exigió el pago de cien mil pesos por el rescate de la ciudad. Como los vecinos no tenían esa cifra y la entrega se hizo demorosa, Sharp creyó que lo estaban engañando para ganar tiempo, percatándose además que los vecinos se estaban organizando para oponer la legítima resistencia y decidió retirarse, no sin antes saquear la ciudad y llevarse cuanto objeto de valor había. Enseguida le prendió fuego a la desolada aldea.
Los pescadores de Coquimbo estaban aterrorizados ante la presencia de Sharp- a quién apodaban "Charqui" - Así nació el dicho: "Llegó charqui a Coquimbo", cuando se refiere a una persona poco grata e inesperada.
Sin embargo autoridades edilicias del pasado reciente erigieron una estatua a Francis Drake. No se si esto se hace con genuina idiotez, si se es perfectamente ignorante, o si se hace con un maquiavélico afán de marketing turístico. Por que no se entiende homenajear de esta manera a este corsario que sólo sembró terror y desolación a su paso por estas tierras y relegar al olvido a Gabriela Mistral, por ejemplo, que debiera tener, no un monumento, sino una fundación de verdad que nos enseñe su legado y poder sentir toda su fuerza y el orgullo de ser hijo de la misma región que la musa.
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