EPIDEMIAS Y OTRAS YERBAS
Desde
tiempos inmemoriales Chile se ha visto afectado de epidemias y pandemias. La
muerte siempre estuvo omnipresente desde la primera mitad del siglo XIX. Cuando
la mortalidad infantil superaba los 300 mil por nacidos vivos. La espectativa
de vida de un hombre era de 28 años. La lista de enfermedades y pestes en Chile
es larga. El cólera apareció en Chile entre 1886 y 1887 y en los centros urbanos que se vieron afectados murio el 5%
de su población.
La viruela
devastó a la población chilena con mortalidad permanente. Ni la voluntad
política de masificar la vacuna, ni el aislamiento de enfermos pudieron
contrarrestar el devastador paso de esta enfermedad. Entre 1800 y 1825 más de
24.600 personas murieron por esta causa. Ente 1905 y 1906 mueren alrededor de 14.000
chilenos. La condiciones de higiene en que se vivia por entonces era el caldo
de cultivo preciso para que aparecieran otra epidemias como la tuberculosis, el
tifus, el sarampión y otra enfermedades infecciosas.
La viruela
se combatió extrayendo el virus de vacunos infectados por viruela para ser
inoculados en seres humanos y asi inmunizarlos a esta enfermedad. De ahí viene
el nombre de “vacuna”.
En Chile el
Instituto de Vacuna Animal fue fundado en Chile en el año 1887 y se ubicó en la
Quinta Normal de Agricultura.
En los años
1779 una feroz salida del rio Mapocho, que botó tajamares que eran de ladrillo
cocido y pegados con cal y canto provocó un gran daño en la ciudad, trajo una
epidemia de calenturas bastardas que el vulgo llamó “el malecito”.